lunes, 10 de diciembre de 2018

La vuelta de MIERCOLES 2

Volviste a llamar a la puerta de mi casa. Muy seguro, con el casco apenas apoyado en la cabeza y la moto en marcha me dijiste "Agarra el casco y vamos", como si no hubiera pasado un año sin verte, como si no tuvieras a alguien esperándote en tu casa, como si nada te atara a vos ni a mi. Y yo salí descalza, sin zapatos y seguro de que con vos no podía pasarme nada. Ni tener frio ni lastimarme los pies. Corrí a abrazarte y te dije que no me iría con vos. Tus ojos se entristecieron y tu energía cambio, la sonrisa que pintaba tu cara y movía mi piso se borró. Yo ya no quería ser la segunda, yo quería ser la que te esperaba en casa. Y aunque hace un año te había dejado ir, esta vez quería que vos te dieras cuenta de que venir a buscar la química que sigue intacta en mi cuerpo no te salvaría de la infelicidad que vives cada día.
-Como estas?
-Bien, dale subite vamos
-No, si estas en la puerta de mi casa es porque no estas bien
-No la verdad es que no estoy bien. ¿Porque me soltaste la mano?
-Porque eras todo. Todo lo bueno y todo lo malo.
Y te abracé.
Me diste unos besos que no eran míos, no encajaban en mis labios, no eran los mismos de hace un año. Tu boca tenia el molde de otra boca, y esos besos que me diste no eran los míos. Y reafirme que no me iría con vos. No me iba a subir a esa moto.
Entones volví a dejarte ir porque ya ni tu boca me elegía.
Me quedo con mi paz y mi buen café, espero en tu casa te espere algo igual o mejor.
Estoy orgullosa de volver a soltarte la mano.
Te quiero Miércoles.

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